jueves, 3 de junio de 2010

Fenómeno Urbano y Patrón de Crecimiento

La gran mayoría de los sistemas ecológicos que encontramos en la naturaleza, desde los organismos vivos como nosotros mismos, hasta los ecosistemas, manifiestan en términos metabólicos un desarrollo en fases sucesivas conducentes a estadios de equilibrio dinámico, en el que se mantienen por un cierto tiempo, antes de entrar en fases de decaimiento y muerte. En fases maduras de equilibro dinámico los sistemas naturales mantienen los volúmenes de materia y energía en niveles mas o menos constantes, con fluctuaciones inscritas en rangos específicos que dependerán del sistema de que se trate.

Fuente: Odum 1969. http://habitat.aq.upm.es/boletin/n26/aeodu.html#fnmark-1

La ciudad, muy por el contrario no obedece a este principio ecológico. Si bien puede considerarse que en algunos casos y en algún momento de su desarrollo algunas ciudades mantuvieron sus tamaños con fluctuaciones menores, desde la revolución industrial en todos los casos han experimentado crecimientos explosivos y descontrolados que han puesto en jaque al planeamiento por más de una centuria.
En el escenario post revolución industrial se ha aceptado por regla general que este crecimiento urbano, llamado en la literatura proceso de urbanización, esta acoplado al crecimiento demográfico y se explica con el aumento de la población.

Sin embargo durante las ultimas décadas y particularmente en algunas ciudades europeas con estados avanzados de transición demográfica e incluso despoblamiento, los patrones de crecimiento y expansión urbana siguen siendo persistentes. A la luz de esta evidencia empírica las ciudades no estarían creciendo unicamente acopladas al crecimiento demográfico tal y como se pensaba sino que estarian concurriendo otros factores y dinámicas que el urbanismo actual no ha sido capaz de responder.

Imagen satelital de tierra del Fuego. Fuente NASA.

Dos tipos de patrones de desarrollo y/o crecimiento para el fenómeno urbano:
• Primero hoy día las ciudades manifiestan un comportamiento autopoiético, de perpetuación de ellas mismas por ellas mismas siguiendo la definición de Maturana,
• Este crecimiento o desarrollo es acelerado y discontinuo en el espacio. Nucleado en la ciudad histórica como centro de comando pero esparcido en el territorio.

Desde este punto de vista es posible establecer similitudes con los patrones de crecimiento y desarrollo del cáncer en los tejidos celulares (NAREDO 2004), argumento reforzado por el desacoplamiento entre el crecimiento urbano y el demográfico.

Cáncer. La palabra cáncer deriva del latín, y como la derivada del griego karkinos, significa 'cangrejo'. Se dice que las formas corrientes de cáncer avanzado adoptan una forma abigarrada, con ramificaciones, que se adhieren a todo lo que agarra, con la obstinación y forma similar a la de un cangrejo marino, y de ahí deriva su nombre. Se considera a veces sinónimo de los términos 'neoplasia' y 'tumor'; sin embargo, el cáncer siempre es una neoplasia o tumor maligno. (Wikipedia)
Desde el punto de vista del territorio el crecimiento ilimitado de las ciudades y la expansión del fenómeno urbano a todos los rincones del planeta bajo los diferentes formatos que asume, puede considerarse anómalo, toda vez que su principal síntoma es el cambio en el uso y cobertura del suelo con todos sus impactos asociados: alteración y/o degradación de los ecosistemas, homogenización del territorio, pérdida de hábitats y especies, entre muchas otras patologías espaciales.
Es necesario incluir restricciones al desarrollo urbano, acoplando los patrones de desarrollo de los sistemas urbanos con los de los sistemas naturales. Llevar el sistema urbano a niveles de equilibrio dinámico donde los intercambios de materia y energía se mantengan en determinados rangos y siempre de acuerdo a la disponibilidad LOCAL de recursos.

Imagen satelital Landsat de Ecuador. Fuente NASA.

Si analizamos ahora este nuevo paradigma del desarrollo urbano a la luz de la economía, claramente la meta de “crecimiento” que todos los modelos económicos de los países plantean, es claramente contraproducente. Y es posiblemente ese modelo de crecimiento económico una de las fuerzas subyacentes del crecimiento urbano, al ser la ciudad, desde la revoluciona agrícola, el espacio de acumulación de los excedentes por antonomasia.
Puede que el decrecimiento, desde el punto de vista económico, sea razonablemente necesario como algunos ya plantean. Por un tiempo. Pero el paradigma no solo económico sino de desarrollo urbano que resulta necesario es el de equilibrio dinámico, vale decir la capacidad de alcanzar ese tamaño – tamaño metabólico – óptimo y ser capaz de mantener ese equilibrio en el tiempo, como lo hacen la mayoría de los sistemas naturales de la biosfera. Tal vez esta transición demográfica que recién comienza permita, al despojarnos del apremio de generar más ciudad para más habitantes, alcanzar la estabilización de los sistemas urbanos.