jueves, 8 de enero de 2009

EL URBANISMO COMO CIENCIA

"salvo contadas excepciones, el arquitecto más prestigioso, por competente que sea en la concepción de edificios aislados, se revela tan poco experto en materia de ordenación urbana (town planning) como las autoridades municipales"
Patrick Geddes. Cities in Evolution.


El Urbanismo es ciertamente una ciencia. Y tiene como propósito el estudio del fenómeno urbano, mismo que por cierto trasciende las fronteras de la ciudad aun cuando puede tener en esta manifestación fenomenológica el centro de su atención.
Sin embargo como ciencia esta recién en sus albores, en un grado de desarrollo muy básico similar al de la Física antes de las Leyes Universales de Newton o de la Química antes de la conservación de la masa y energía de Lavoasier.
Nos encontramos en los albores del desarrollo del Urbanismo, quienes nos desempeñamos en este campo mas bien somos pre-urbanistas – o probablemente así se nos llame en 100 años mas – por cuanto trabajamos en la oscuridad, sin un marco epistemológico que nos unifique y nos cobije en un proceso de desarrollo propiamente científico como otras disciplinas. Los urbanistas aun no poseemos el marco teórico de leyes del Urbanismo que nos permitan entendernos como científicos, compartir un lenguaje común o un núcleo teórico básico que unifique nuestro quehacer. Incluso a muchos podrá sorprender el hecho de pensar que un urbanista es un científico. Por el contrario en países como el nuestro alejados de los centros generadores de conocimiento, se tiende a relacionar el Urbanismo con campos disciplinares propios de ciertas profesiones, algunos creen que es un arte, o que tiene que ver con la arquitectura o con el paisajismo. Algunos piensan que diseñar plazas es Urbanismo. La verdad es que el Urbanismo se relaciona poco o nada con cualquier tipo de proyecto.
Esto ocurre producto de un escenario confuso, nebuloso, donde no hay claridad conceptual, donde se confunden los términos, donde unos piensan que es un arte y otros están convencidos que es arquitectura un poco mas grande y con algo de espacio público de por medio y entonces, en este país, ser urbanista es diseñar parques y áreas verdes para grandes infraestructuras.
Además del errático proceso formativo de las Universidades, donde a pesar de que algunas profesiones intentan apropiarse de esta disciplina, ya desde los nombres de ciertas facultades, en la realidad no han sido capaces de entregar las herramientas básicas para el desempeño de un Urbanista, al menos en lo que se refiere al pensar y actuar como científico. Y si efectivamente existen algunos Urbanistas en nuestro país es sólo después de un largísimo derrotero de formación de postgrado y ejercicio profesional, en muchos casos ni siquiera parecido a lo recibido durante el pregrado. Hoy día en este país un Urbanista se hace sólo pues no tiene espacio en la Universidad; como científico, no como profesional del desarrollo urbano que es otra cosa.
Por que si existe entonces una diferencia ente el urbanista entendido como científico y el profesional del desarrollo urbano es que el primero es el llamado a “pensar” en el fenómeno urbano, a generar nuevo conocimiento urbanístico, a estudiar con rigurosidad científica ese complejo sistema que denominamos ciudad. Finalmente a investigar no a proyectar.
No obstante a pesar de estar en una fase inicial, este cúmulo epistemológico primigenio comienza a mostrar algunos patrones, lugares comunes que permiten vislumbrar algunos futuros posibles.


Percepcion Remota. Imagen Landsat falso color de la Peninsula de Brunswyck, Patagonia.


Quizás el primero y más importante sea el matrimonio entre Urbanismo y Percepción Remota-SIG. Efectivamente hoy resulta impensable un trabajo urbanístico propiamente tal sin la utilización de estas herramientas y metodologías, esto a pesar de que todavía existen dinosaurios a plumón que intentan estudiar la ciudad con bonitos trazos de colores, por supuesto más relacionados al ámbito de ciertas profesiones y no al Urbanismo como tal.
La inmensa complejidad de la ciudad como sistema hace indispensable la utilización de tecnologías de punta para su mejor estudio. Donde los urbanistas no gozamos de laboratorios para estudiar concienzudamente los procesos urbanos existe la plataforma de modelación espacial que ofrecen los SIG y la percepción remota, que permiten la utilización de metodologías comunes con fuerte base cuantitativa, geo-estadística, con la cual analizar el fenómeno urbano, sobre la base de modelos espaciales y econométricos que corren sobre mapas enlazados a bases de datos permitiendo de esta forma modelar, analizar, diagnosticar la altamente compleja realidad urbana. El Urbanismo tiene en la percepción remota-SIG su primer paradigma.
De hecho unos de los saltos metodológicos más importantes que permiten estas tecnologías es el estudio riguroso y sistemático de aspectos concretos con base cuantitativa. La percepción remota permite el estudio del fenómeno urbano a través de elementos discretos cuantificables y por tanto la generación de patrones y la construcción de modelos espaciales que permiten entender la realidad urbana de una manera científica. Cuantificar, dimensionar, medir, el fenómeno urbano. En algunos casos esto permitirá la construcción de patrones cualitativos o conclusiones cualitativas, pero claramente sin esto, cualquier conjetura sobre aspectos cualitativos no es más que eso, conjetura, modus operandi que en algunas disciplinas como la arquitectura es costumbre.
Hoy día para estudiar la ciudad como urbanista es condición sinequanon hacerlo utilizando SIG y percepción remota. Sin desmedro por supuesto de los artistas tan necesarios en una sociedad, me refiero a los que se dedican a dibujar calles, plazas y edificios a plumón; pero claramente no se trata de urbanistas.
Existe un segundo denominador común en el Urbanismo: es una disciplina espacial y sistémica. Es decir siempre interesa el dónde y el cómo, la ubicación de los elementos del sistema y las relaciones entre ellos. En este caso el sistema es evidentemente un sistema espacial, el sistema urbano y que como se dijo anteriormente transciende las fronteras de su manifestación fenomenológica mas obvia que es la ciudad. Desde algunos puntos de vista puede decirse que el ámbito espacial de la ciudad como sistema hoy abarca casi la totalidad del planeta. Y desde este punto de vista el Urbanismo es entonces la ciencia del territorio por antonomasia.

Percepcion Remota y SIG. Base de datos vector sobre imagen Raster de fondo ciudad de Punta Arenas.

¿ PLANIFICACION URBANA, DISEÑO URBANO O URBANISMO?

Entre toda esta confusión vale la pena hacer una distinción disciplinar.
Primero es necesario erradicar la idea de que el Urbanismo se relaciona con proyectar la ciudad o con algún tipo especifico de proyecto. Aquí hay que deslindar los ámbitos de actuación de ciertas profesiones y especialidades, mismas que en algunos casos cuentan con soporte del Urbanismo como ciencia, pero que en la práctica son ejercicios profesionales distintos por naturaleza del quehacer científico. Los más comúnmente confundidos con el Urbanismo son la Planificación Urbana o territorial y el Diseño Urbano.
Un urbanista estudia la ciudad, como un científico, no intenta proyectarla. Un urbanista se interioriza de los procesos que subyacen al desarrollo urbano e intenta explicarlos sobre la base de un metodología explicita y una aproximación evidentemente discreta y cuantitativa. Un urbanista intenta aportar nuevo conocimiento sobre el fenómeno urbano, conocimiento inexistente, lo que lo valida en su actuar científico. Un urbanista puede también ser un planificador urbano o territorial o un diseñador urbano y desempeñarse en el campo propio de ciertas profesiones ligadas al desarrollo urbano, pero será urbanista solo si su leit motiv esta en la investigación del fenómeno urbano a través del método científico y ligado a esto la producción de nuevo conocimiento. Así hay excelentes planificadores o diseñadores urbanos que no son urbanistas, pues no investigan el fenómeno urbano, trabajan en él, lo intervienen, lo modifican y por tanto su actuar no esta relacionado con la generación de conocimiento sobre el fenómeno urbano, sino sobre un encargo especifico que obedece a intereses particulares y específicos. No son científicos, son profesionales del desarrollo urbano.
Es posible pasar de la Planificación y Diseño Urbano al Urbanismo sólo si de los primeros, como aplicaciones propias de la profesión, resulta posible universalizar aquello como experiencia y constituir un nuevo conocimiento respecto del fenómeno urbano, sobre la base del método científico. Así un Plan Regulador no es ciencia, es un producto específico de una disciplina denominada Planificación Urbana y que entendido como encargo tiene una aplicación muy especifica en una determinada realidad urbana a la que se supone da respuesta. Sin embargo puede estar construido sobre la base de conocimiento urbanístico propiamente tal, como bien puede no estarlo.
De manera similar un parque, ejemplo paradigmático del diseño urbano, normalmente se sustenta en la Planificación Urbana para llegar a la definición arquitectónica de sus componentes, como diseño, no como planificación menos como Urbanismo. Por eso el Diseño Urbano disciplinarmente esta en la interfase entre la Planificación Urbana, disciplina cuyo objetivo es el control de los procesos de desarrollo urbano y la Arquitectura, apegada a la respuesta fenomenológica – formal - al habitar humano en términos de diseño.
En un sistema complejo una propiedad principal es la “emergente” vale decir el todo es más que la sumatoria de las partes, o sea el comportamiento del todo no se relaciona con las propiedades de los elementos que lo componen. El fenómeno urbano como tal trasciende en mucho la manifestación fenomenológica de sus elementos discretos individuales, aún cuando parezca que las arquitecturas en su conjunto configuran el fenómeno urbano no es así. O al menos no mas que los demas elementos que configuran el sistema urbano. La ciudad deviene como sistema de manera autopoiética, no respondiendo a la dinámica especifica de sus componentes sino configurando una organización a partir de estas relaciones que como sistema posee su propio fin, lo que explica también su equifinalidad, pues todo sistema urbano independiente de las condiciones iniciales de su aparición y de la naturaleza de sus componentes llega al mismo fin, ser ciudad.
Si existe alguna relación entre arquitectura y la planificación urbana aunque bastante lejana.
Más bien hay una tensión inversa entre ambas, pues es básicamente el interés privado versus interés colectivo, como leit motiv disciplinar. La arquitectura siempre querrá para sí misma todo lo mejor de un emplazamiento, para satisfacer las demandas de un encargo, por el contrario la planificación urbana buscará siempre maximizar, democratizar, los valores de un lugar manteniéndolos accesibles a todos. El ejemplo de los lugares con buena vista es un clásico. La planificación urbana velará por restringir las alturas de las edificaciones y normar el emplazamiento de los edificios intentando mantener el acceso público a la vista en su máximo posible e idealmente desde el espacio público, el espacio de todos. Las arquitecturas individuales intentarán apropiarse de esa vista lo más que puedan en su propio beneficio, el de sus propietarios. Es decir opera el principio de la tragedia de los recursos comunes[1], nadie se limita por iniciativa propia pensando en el bienestar de los demás, todos operan sobre la lógica del máximo provecho individual, independiente de que la sumatoria de todos esos intereses individuales sea siempre menor que el optimo colectivo.


[1] Garret Gardin, “The Tragedy of Commons". Science, v. 162, 1968, pp. 1243-1248.